Vi un pájaro posarse
en los labios celestes
de la pregunta que
no alcanzó a salir
por la boca.
vi medusas en mi garganta
ahogando la impronta
compulsiva del delirio.
Vi entonces en el
umbral de estos ojos
refugiarse las pupilas
desnudas de alegrías.
vi la piel tensa, fría
pálida, casi sin vida
vi detenerse en un
segundo la sangre
rabiosa de las venas,
y comprendí que las
azules gardenias que
se mecen en su solapa
hablan extrañamente
dentro de mi caletre...
vi su rostro, le abrace,
le abrí la puerta.
Cuando veas una flor, no uses el pensar, solo se esa flor, y cuando veas a un niño sonriente en su inocencia, no te sientes para observarlo, se ese niño. Si piensas en ser persona, no seras el niño ni la flor y ninguna comunión o relación sera posible, tampoco veras las miles de señales que recibimos y aun no descubrimos por estar entre-tenidos. Descanso de las palabras, y renuevo el aliento.
ResponderEliminarSi no hubiese sentido la ira no habría salido la mariposa de mi alma sangrante , no habría tocado la piedra resbalosa de la tentación a no estar, no habría dicho, si acepto, ante un altar que celebro todos los días... Gracias por su comentario mi estimado, lo tengo presente... :)
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Si no hubiese sentido la ira no habría salido la mariposa de mi alma sangrante , no habría tocado la piedra resbalosa de la tentación a no estar, no habría dicho, si acepto, ante un altar que celebro todos los días... Gracias por su comentario mi estimado, lo tengo presente... :)
ResponderEliminarA veces la ira entra con todo se esplendor y se apodera de nosotros. Me gusta tu solución final: abrirle la puerta y dejarla salir.
ResponderEliminarUn beso