martes, 6 de octubre de 2015

Vericuetos emocionales (por Amanda Budhatt)

Traficante de sueños, eso lo escuche o leí en alguna parte. Ciertamente las mentes suelen traficar sueños, acomodarlos a nuestro antojo, nos arrebatamos el mando de esos sueño y ya dejan de ser nuestros, son siniestramente asfixiantes.

  
Colapsada, estoy con el vaso rebalsado
doy tumbo conmigo y bailo apretado con el espejo.
No me encuentro donde otros quieren que me encuentre
no soy siendo como otros quieren que sea
"yo", "nosotros"... ambos, en apretado exceso son mortales.

Una lastima que lo descubras todos los días
y no te des por aludido, soy la roca donde
rompe tu furia callada que seca la húmeda madrugada,
soy ese retrato espantoso que no te canta tu canción
favorita, soy ese café frío que baja por tu garganta y
ahogas en una bocanada de humo.

¿Acaso soy tu sueño rompiéndose en mil pedazos?
¿Acaso soy ese descubrimiento que tomaste por prestado
pero que no es alquilable ni tampoco accesible ante ningún
contrato?.

Amarte es un cataclismo inverosímil y púrpura que no
ha muerto y en aras de esa viva agua no te descuides,
que en el descuido invernal me descuidas y ya será
tarde cuando allí mis ojos no estén para los tuyos.


                                                   Fotografía de Brooke Shaden

Mis abrazos... (por Amanda Budhatt)

Mis abrazos no saben de lastimeras miserias físicas...
mis abrazos saben de aquel universo donde todo huele a renovadora muerte y nubes acolchadas, mis abrazos van allí donde los jardines brotan de ojos nuevos y curiosos, mis abrazos vienen de ese hondo caos interno, esa bendita crisis que me ayuda a indagar, a escarbar y sembrar lo mejor que nace de mi. 

                    Acuarela "Abrazo con molinete" de Livia Gasparini

Mensajes celestes... (Por Amanda Budhatt)


Desde mi entre pierna te convoco, te abrazo,
ven de celeste tráeme mensajes de las estrellas
cobíjame y derrite tu cuerpo en el mío.
Mi ojo verá tu ceja, sentiré tus costillas
encajando en las mías, borraré tus grietas,
serás nuevo y ligero... vete luego,
anda sin mirar atrás y cuando la noche se
vista de celeste quién sabe si bajo tu ombligo
me encuentres vestida de medusa
paralizando las agujas del tiempo,
entonces, uno a uno retornaran esos mis amantes
que guardas en tu escafandra.


                                                       Fotografía de Brooke Chaden

Rompiendo el absurdo (por Amanda Budhatt)



Que bien hace la tristeza,
necesario es el dolor...
hace bien desnudarse,
sentir el frío estremeciendo
los pezones,
que bien hace dormir
más de la cuenta un día cualquiera,
dar rienda suelta al llanto
notando que se nos va el aliento
un día de invierno.

¡Que bien hace derrumbarse!.
Luego... ¡Despertar!,
salir del ensimismamiento,
deslizarse con el viento y ser viento,
estrujar cada rincón de nuestro cuerpo
hacernos el amor invocando al trueno.

Sin duda, que bien hace vivir y vivirnos 
con intensidad, cada etapa, cada segundo con despojo.

                                    Fotografía sacada de la web, autor desconocido